lunes, 12 de septiembre de 2011

LATIR SU VIDA

Ponerse en el lugar de otra persona, empatizar con su visión y perspectiva, entender su corazón, latir su vida, comprender como respira, como razona. Mecer sus sentimientos, hacerlos tuyos, descubrir que cada cruz tiene su peso, sólo estar ahí, en su pellejo, pues dará más luz que besos lastimeros.
Ponerse en el lugar de otra persona, tarea a compartir en estos tiempos. Bonito proceder para septiembre, que entre la tiza y el papel se asoma, vivir y disfrutar la trama, alimentar el alma con la pasión del que se toma...la Vida como algo maravilloso que da diez mil razones para el que ama y para el que perdona.

jueves, 8 de septiembre de 2011

MOMENTOS PREFERIDOS

Hoy es el momento preferido, esa sensación de encontrar la paz a cada paso. Saber que estás haciendo lo debido, saber que no hay ningún miedo a los fracasos. Hoy es un día cualquiera de los mejores, porque te propones estrujar la alegría que hay más cercana, hoy ya no es ayer, no importan los borrones, es tiempo de sentir esas cosquillas que te demuestran que hay que vivir sin pensar en el mañana. Hoy es un día lindo, hermoso, maravilloso. Y podemos compartirlo para quitarle el sitio a todos los que el sol aún no les da de cara. Ya lloverán problemas y ya sacaremos los paraguas. Hoy basta con usar un protector para no quemar las ganas. Y disfrutar de una tarde con sonrisas de sol en nuestras alegres caras. Porque estos momentos preferidos incluso hasta se contagian.

miércoles, 31 de agosto de 2011

JUEGO, SET Y PARTIDO

Mañana volvemos. Aunque la vida al filo de la navaja sorprende en los últimos momentos. Como los fichajes de ultima hora un 31 de agosto. Como ese punto de padel que no acaba de terminar porque aún cuando roza la lona siempre hay una mano agarrando con fuerza la pala y golpeando el ánimo hacia la otra zona de la pista, increíblemente supera la red y golpea con dureza sobre ella en una balanza eterna hasta que cae en uno u otro lado y el suspiro en un bando se vuelve desesperación en el contrario. Así nos alcanzan algunas noticias. Jamás piensas que pueda repetirse, y nuevamente esa red escupe la bola y cae en tu campo. Habrá que reponerse. Estirar las piernas, respirar hondo y echar el resto. El partido comienza mañana aunque se haya retirado uno de los nuestros. Todo no será igual, aunque tampoco lo iba a ser sin él. Quedan muchos puntos en juego y nos toca sacar. ¡¡Adelante!!

domingo, 26 de junio de 2011

INDÍGNATE CONTIGO MISMO...

Ahora tan de moda.
¿Qué piden los indignados? Por lo que he entendido, el movimiento 15M pide un cambio de sistema. Pide que no haya recortes en sanidad y educación. Pide trabajo y salarios un poco más altos. Pide que los políticos hagan su trabajo sin aprovecharse de su situación privilegiada de poder y en pro del ciudadano y no del gran empresario. Pide que la economía gire entorno al bienestar -de todos, no de unos pocos- y no al antojo de bancos y multinacionales.

Entonces yo también soy indignado. Mediante diversas vías de influencia -televisión principalmente-, más que influir -algo que hacemos todos- nos han manipulado -algo que no hacemos todos-. La presión mediática ha empujado a la gran masa a comprar desmesuradamente comida, tecnología, coches, fármacos, pisos, etc. a la vez que desde la política se incitaba a ser partícipe del gran momento de desarrollo económico y los bancos facilitaban esa participación -a cambio de endeudarse por más de 30 años-.

De verdad, en este sentido soy indignado. Me uno a la indignación. Pido que esto cambie.
Sin embargo… ¿desde cuándo se puede pedir sin dar? ¿Qué da el indignado? Porque llevo semanas escuchando muchas propuestas de los cambios que se deberían hacer desde la política y la economía. Pero ¿qué va a cambiar el indignado? Me gustaría escuchar otro tipo de propuestas. ¿Soy un iluso?

Ya hace casi un año, sin que mi situación personal fuera alarmante -soy uno de los privilegiados que mantiene su trabajo- pero observando lo que estaba pasando y haciendo una dura autocrítica, me indigné conmigo mismo. Todo a raíz de un acto muy simple. Abrí mi armario dispuesto a hacer limpieza, pero fue mucho más que limpieza. Aquel fin de semana me deshice -en forma de donativo- de más del 80% de la ropa que guardaba y no usaba -para caerse la cara de vergüenza-, y desde entonces no he comprado ni una sola prenda de ropa más -todavía me sobra-. El resto de la historia está en este blog. Y continúa.

Estaba indignado conmigo mismo. Arrastrado por la marea de manera inconsciente, pero a la vez participando de manera muy activa, era un sobreconsumidor más. No entraré en detalle, pero mi consumo sobrepasaba en mucho mis “necesidades básicas” -entre comillas porque estaría bien concretar cuáles son; todo el mundo habla de ellas pero sigue siendo un concepto muy ambiguo-.

¿Tenemos derecho a pedir cambios? Sí, todos los que queramos; por pedir que no quede. Pero por desgracia, en la mayoría de ocasiones, el que sólo pide puede morir esperando…

Además, ¿para qué queremos cambios? ¿Para qué más trabajo, mejores sueldos, menos recortes, más ayudas,…? ¿Para seguir firmando hipotecas? ¿Para seguir comprando coche nuevo cada cinco años? ¿Para cambiar de móvil cada seis meses? ¿Para ir de vacaciones al Caribe? ¿Para acumular más dinero en la cuenta-ahorro del Santander? ¿Para dar un paseo cada fin de semana por un centro comercial? ¿Para visitar Zara una vez al mes?

Ese ritmo es caro de mantener, y muchos se han pillado los dedos. ¿Entonces qué? ¿Como los niños? ¿Tenemos que pillarnos con la misma puerta dos, tres, cien veces? Entonces llegan los recortes.

¡Ay los recortes! El primero que ha recortado en sanidad ha sido el ciudadano, abandonándose en el sedentarismo, comiendo un 30% más de lo que necesita -datos estadísticos de no sé dónde, pero se me quedó grabado- y automedicándose. El primero que ha recortado en educación y cultura ha sido el ciudadano, desautorizando al profesorado y provocando que los personajes más populares de España sean Belén Esteban y los componentes de “la Roja”.

Yo estoy indignado con el sistema y pido cambios a los de arriba. Pero a la vez estoy un poco indignado con el indignado, conmigo mismo, y pido cambios a los de abajo, a nosotros mismos.

Pido centros comerciales e hipermercados vacíos, a la vez que llenamos las tiendas y mercados de nuestro barrio. Pido minimizar el desplazamiento en coche, a la vez que potenciar la bicicleta o las propias piernas. Pido zumo y frutos secos en vez de cruasán y café con leche. Pido alquiler en vez de compra. Pido ejercicio diario en vez de sofá. Pido libros en vez de televisión. Pido abrazos en vez de mensajes por el WhatsApp.

Porque quien crea y manipula el sistema son los políticos, la banca y las multinacionales. Pero quien lo apoya, lo mantiene y lo retroalimenta es el ciudadano, el consumidor.

Estoy indignado conmigo mismo. No debo olvidar que soy el primer responsable -que no culpable- de todo esto. ¿Quién firma la hipoteca? ¿Quién bebe Coca-Cola? ¿Quién se queda embobado viendo pasar el último modelo del Audi A4? ¿Quién se pasa el día informándose de los últimos comentarios de Mourinho? ¿Quién va al médico a las primeras décimas de fiebre? ¿Quién marca el PIN de la tarjeta de crédito? ¿Quién se queda amodorrado en el sofá con la mochila del gimansio ya preparada? ¿Quién se infla a bollería barata para desayunar? ¿Quién sube los precios de los pisos?

Me indigno con los titiriteros del sistema, del teatrillo. Pero también me indigno conmigo mismo y apuesto por no ser nunca más títere de nadie. Corto los hilos.

¿Y tú? ¿Te atreves a indignarte contigo mismo? ¿Vas a dar, además de pedir? ¿Quieres cambiar el sistema realmente? Es decir, ¿vas a cambiar tú?



by Robert Sánchez.

viernes, 10 de junio de 2011

¿LO VES? YA TE LO HABÍA DICHO...

Venga, es momento de admitirlo. Todos hemos dicho como mínimo una vez en la vida: “¿Lo ves? Ya te lo había dicho”. Es más, hemos disfrutado al decirlo. Mala cosa

Aquí trato de simplificar mi vida, y una de las cosas que he aprendido es que no sólo tengo que trabajar sobre lo que sucede en mi entorno -de fuera hacia dentro-, sino también sobre mi impacto e influencia en el entorno -de dentro hacia fuera-. Si quiero una vida sencilla, también tengo que hacérsela más fácil a los demás. Todo lo que hago representa un viaje de ida y vuelta. En este caso, ante tal afirmación, me veo obligado a reflexionar desde dos puntos de vista:

1. Cuando me dicen “¿Lo ves? Ya te lo había dicho”
A ver, ya lo sé, ya me lo habías dicho. ¿Y qué?

Es muy común, sobre todo de niño/adolescente y a veces de adulto, tener como mínimo una persona alrededor -el papá, la mamá, el profe, el hermano mayor, el amigo, el jefe, etc.- que te esté avisando permanentemente de los “peligros de la vida” -uh, qué miedo-, acompañando su consejo con el posterior “ya te lo había dicho” siempre que te equivocas.

Siendo práctico. ¿De qué sirve añadir la coletilla? En el siguiente punto, el 2, entenderás mejor el porqué aplicar el siguiente consejo, cuando veas lo que estás haciendo al ser tú quien da la puntilla. De momento iré al grano.

Coge al personaje, teniendo en cuenta que seguramente no lo hace con mala intención y que te quiere muchísimo, y habla cariñosamente con él -o ella-. Siéntale y siéntate. Pídele por favor que no vuelva a hacerlo, por un motivo muy simple: no te ayuda en nada. Si lo que quiere es apoyarte después de un error o un fracaso, tiene infinidad de opciones mucho mejores que soltarte el “ya te lo había dicho”. Una vez se lo hayas pedido, si quieres le explicas lo que te explicaré yo ahora.
2. Cuando yo digo “¿Lo ves? Ya te lo había dicho”
¿Qué pretendo? Sí, puede ser que cuando alguien me pidió consejo -o no, entrometiéndome- yo acertara en mi predicción. Entonces, ¿me merezco una medalla? Vamos a ser sinceros y reconocer que alguna vez, aunque sea por un brevísimo instante, me he sentido orgulloso de poder decir “ya te lo había dicho”. Sin embargo, ¿me he parado a pensar qué ha sucedido para llegar a ese punto? Pues que probablemente quien me pidió consejo ha fracasado y no vive su mejor momento, aunque yo acertara.

¿Qué es más importante? ¿Auto-otorgarme el premio al vidente del año? ¿O tal vez ofrecer el apoyo que ahora necesita mi amigo, hermano, hijo,…? Es muy chulo ser un iluminado, acertar en las predicciones y que la gente te diga “es verdad, tenías razón”, con cara de resignación o incluso de sumisión. Y a ti se te hincha el ego.

Sin embargo, también es peligroso. Puedes sentir tanto placer que se puede convertir en un vicio tan grande y que desees con tanta fuerza que, al dar tus consejos de visionario, ya estés esperando el fracaso, para después volver a colgarte la chapita del “¿lo ves? Ya te lo había dicho”. Creeme, cuando alguien tiene la costumbre de decirlo, seguramente de manera inconsciente ya lo estaba pensando en el momento del consejo. Tú también. Yo también.

Al ofrecer mi consejo, antes del “ya te lo había dicho”, teóricamente mi intención es ayudar a aquella persona dándole mi opinión, contemplando una posibilidad que ella puede haber pasado por alto o complementando su información con mi experiencia. Y en todo momento debo limitarme a eso: aconsejar con sinceridad y esperar lo mejor para la otra persona, aunque vaya a hacer todo lo contrario de lo que yo haría. Nada más.

Bueno sí, algo más. Olvidarme del “ya te lo había dicho”. ¿Qué hacer con él?

Coge al personaje, es decir, a ti mismo, teniendo en cuenta que seguramente no lo haces con mala intención, y habla cariñosamente contigo mismo. Siéntate. Pídete por favor “no vuelvas a hacerlo”, por un motivo muy simple: no ayudas en nada. Si lo que quieres es apoyar a alguien después de un error o un fracaso, tienes infinidad de opciones mucho mejores que soltarle el “ya te lo había dicho”.

Al hacerlo, además de actuar de manera egoísta con tal de sentirte el más sabio y que el mundo así te reconozca, lo único que haces es hundir más a la otra persona, provocando su arrepentimiento, alimentando aún más sus miedos y dudas y limitando sus posibilidades de éxito de cara al futuro, cuando en realidad arriesgarse fue lo mejor que hizo, aunque fuera para equivocarse, fracasar y aprender.

Y sobre todo, durante tus consejos ni pensar en el posible futuro “ya te lo había dicho”. Con tus pensamientos estás visualizando e influyendo directamente sobre el futuro de aquella persona, así que si le tienes algo de estima deséale siempre lo mejor, pero sin decidir qué es lo mejor. Eso lo decidirá la vida, no tú.

by Robert Sánchez.

viernes, 3 de junio de 2011

¿ ESPERANDO LA ESTABILIDAD ?

Me ha costado aprenderlo. Durante mucho tiempo venía haciendo lo que hacen la mayoría: esperar la estabilidad.

No sé quién sería el primero. No sé de quién sería la fabulosa idea de empezar a difundirlo. No sé qué intereses puede haber detrás de esta creencia, como todas, limitadora. Fuera quien fuese se lució. Sin embargo, tampoco es que sea trascendental conocer el origen, ya que desprenderse de ella depende de un acto sencillo pero contundente: arrancarla de raíz.

Dicho y hecho. La estabilidad no existe. Es necesario dejar atrás las excusas del tipo:

•Nos iremos a vivir juntos cuando estabilicemos nuestra relación, no antes de un par de años.
•Lanzaremos el producto cuando se estabilice el mercado.
•Empezaré a hacer ejercicio después de las vacaciones de verano, cuando vuelva a la estabilidad de horarios y la rutina.
•Tendremos un hijo cuando Juanito encuentre un trabajo estable.
Con el tiempo he descubierto que si condicionas tus decisiones y posteriores acciones a la esperanza de encontrar la estabilidad, a la vez que estás cerrando la puerta de la espontaneidad y la oportunidad, estás encaminando tu vida hacia una calle sin salida. Bueno, más bien hacia una doble no-salida:
1.Esperar, esperar y esperar. La estabilidad nunca llega. Tus ilusiones se van perdiendo y tus ganas se van desgastando. El momento oportuno pasa de largo. La vida se convierte en una rutina ahora sí, estable, pero además estática, cuando por naturaleza eres un ser dinámico. Negando tu naturaleza, acabas por ser infeliz.
2.Esperar, esperar y… la estabilidad llega. El trabajo de tu vida, la mujer de tu vida, el proyecto de tu vida, el sueldo de tu vida, etc. Es el momento de iniciar aquello que llevas tiempo esperando hacer, de hacer realidad tus sueños. Todo está seguro, bajo control, y… ¡pam! Una enfermedad, un mal momento, un familiar o amigo que requiere de tu dedicación y tiempo, una decisión de alguien externo que imposibilita tus intenciones, un accidente, alguien que tuvo la misma idea que tú y se adelantó, etc. Vaya hombre, ahora que tu vida es de lo más estable y todos tus planes y sueños se quedan colgados.
¿Por qué esperar? Que mejor momento que el ahora para empezar cualquier proyecto o actividad, sea personal o profesional -que son lo mismo-. Si has tomado una decisión hoy es porque la vida te ha empujado a tomarla hoy para llevarla a cabo hoy. Si esperas demasiado a ponerte manos a la obra, la idea original se difuminará, junto con el entusiasmo y la energía del momento de su concepción.

¿A qué esperar? ¿A la estabilidad? ¿Qué estabilidad? Mira a tu alrededor. Gran parte de lo que pasa a tu alrededor no depende de ti ni de una única figura. Es la combinación de triillones de movimientos, de acciones. ¿De verdad crees que en algún momento el tiempo y el espacio se detendrán para darte estabilidad? ¿En serio te crees tan inteligente de detectar cuál será ese momento? ¿Tanto control pretendes ejercer en lo que te rodea? ¿No ves que no llegas, que es imposible?

Nuevamente eres esclavo del miedo a no tener el control, cuando el control absoluto no lo tendrás jamás. Es más, en realidad tu poder de control es infinitamente más limitado que la supremacía de la dueña del universo: la incertidumbre. No tienes salida, o más bien sólo existe una: aceptar el descontrol.

Claro que no te tirarás de cabeza a la piscina sin haber comprobado antes si hay agua, si la profundidad es segura y si no está llena de pirañas Pero tampoco esperes a que el agua tenga una temperatura de 23,58º, el pH sea de 5.5 y no haya ni una mínima ondulación en la superficie de la piscina. Es muy probable que una pequeña brisa provoque una oscilación y a la vez refresque el agua 0,01º. ¡No me digas que entonces no te tirarías igualmente a la piscina!

No esperes más. Ponte en marcha y dale un voto de confianza a tu intuición. Si una idea ha surgido hoy es por algo, y ya sabes que la decisión está tomada desde incluso antes de que la pensaras, aunque estés postergando la acción. Estudia la situación, prepara el escenario y cuando todo esté listo, lánzate y sal a actuar.

Olvídate de la estabilidad. Es el enemigo al que nunca podrás hacer frente, por el simple motivo de que no existe. Es irreal. Su único objetivo es frenarte, limitarte, encerrarte en el miedo y la duda. Destiérrala, arriésgate y, lo más importante, ¡vive!

(Robert Sánchez)

martes, 24 de mayo de 2011

DIOS EMPUJA PERO NO TE SUELTA

Dicen que llega tu momento. Se apagan las luces y los focos te ciegan. Aplaudes, pero te das cuenta enseguida que te buscan a ti. El motivo es simplemente tu leitmotiv, disfrutar al máximo de tu vocación. Ahora parece que todo cambia. La sociedad avanza a un ritmo inalcanzable. Hay que saber adaptarse a las necesidades. Hay que aprender a desaprender nuestro pasado. Hay que aprender a construir el futuro, desde el presente. La inquietud, el miedo, la duda, la responsabilidad ...acechan, amenazan, vértigo como bien decía Ismael Serrano, las palabras se acuestan bajo mis dudas..."como pasa el tiempo...seremos otros, seremos más viejos...espero al menos que me reconozca...que me recuerde al que soy ahora".
Los sentimientos te embarcan en nuevas aventuras, el conflicto habitará en tu almohada, la indecisión hará las veces de mesita de noche, en inviernos fríos donde la luz quedará tan lejana como la Estrella Polar. Los mismos que pagaban tu cerveza doblarán la esquina con la prisa de los arrepentidos. Al menos la ilusión despejará tu mente de fantasmas mientras te alimentes del amor del corazón de los siempre tuyos. Porque Dios me empuja a crecer ante la Vida y quizá mi nueva felicidad me está esperando en un despacho a las nueve en punto, iré a su cita.

jueves, 21 de abril de 2011

PRINCIPIOS DE UNA VIDA SENCILLA

Hoy he llenado tres bolsas completas de papelajos inútiles. Hoy he ordenado todos los CD`s y he tirado la mitad de ellos porque no funcionaban. Hoy he ordenado la mesa del escritorio. Hoy mi vida es más sencilla.

Principios de una vida sencilla

1.Respeto: vas a dar un paso importante en tu vida. Seguramente dejarás atrás costumbres que tienen la mayoría de personas y que están muy arraigadas a tu sociedad. Así que algunos de tus cambios pueden provocar cierta controversia. El respeto debe ser recíproco. Respeta la opinión de los demás. No intentes convencer a los demás de que tú tienes La Razón Suprema (nadie la tiene), aunque no por ello debes dejar de pedir también respeto a tu manera de hacer.

2.Moderación: no caigas en el extremismo o radicalismo. Haz los cambios poco a poco. Hay acciones que requerirán cambios más estrictos. Otras admitirán una transición más tolerante. Tienes criterio para valorar la necesidad de determinación e inmediatez de estos cambios. Por ejemplo, si quieres dar un paso hacia el minimalismo, no cojas de golpe todo lo que tengas en el comedor y lo tires por la ventana. Empieza por una estantería, un cajón,…

3.Sencillez: siempre hay dos maneras básicas de hacer las cosas: fáciles o difíciles. Escoge el camino fácil, no te compliques la vida. Es un principio muy relacionado con el número 12, la consciencia. Por ejemplo, si eres consciente de que el sedentarismo no te va nada bien, el camino fácil es calzarse unas zapatillas y salir a caminar una hora. Por otro lado, si te quedas tumbado en el sofá, te estás complicando la vida.

4.Sinceridad: debes ser sincero, sobre todo, contigo mismo. A veces es complicado asumir que no hacemos las cosas del todo bien. Sé honesto y autocrítico, sin caer en la auto-culpabilidad permanente, claro está. Pero si sabes que hartarte de bollería te perjudica, sé franco y sustitúyela por fruta. Si sabes que esa camiseta no te la pones nunca (pero nunca nunca), sé honrado y dónala o recíclala.

5.Vive el presente: un tópico entre los tópicos. Se ha hablado y escrito mucho sobre el tema. Pero seguimos encabezonados en asegurarnos un futuro que nunca nadie podrá garantizarnos que va a existir. Vive el hoy. ¿Qué te hace feliz hoy? ¿Qué te alimenta hoy? ¿Qué te motiva hoy? ¿Qué quieres hacer hoy?

6.Valentía: no tengas miedo a ser un bicho raro, a la exclusión social. Tú estás seguro de lo que haces y de los motivos que te llevan a hacerlo. ¿Quién es más raro? ¿El que trabaja 70 horas a la semana para pagar una casa donde nunca está? -tanto trabajar sólo está en casa para dormir- ¿O el que trabaja 30 y vive en un pisito de lo más acogedor, disfrutando de la familia, de horas de lectura, de tiempo libre para hacer lo que realmente le gusta…?

7.Autoestima: tus nuevos hábitos tienen una razón de ser: te quieres. Si no lo haces te vuelves un descuidado y en realidad poco te importa como te sientes o como vives. Si te quieres te mimas, te cuidas, te respetas. ¡Quiérete!

8.Minimalismo: sé práctico al máximo para vivir con lo mínimo. ¿Realmente utilizas todo lo que tienes? ¿Toda tu ropa, todo lo que tienes almacenado en cajas,… todos los objetos que tienes en casa? Minimiza tus posesiones y mantén tu entorno limpio y ordenado.

9.Lentitud: vive tranquilo y dedícale a cada actividad el tiempo que se merece. Parece que tengas que comer rápido, caminar rápido, trabajar rápido, pensar rápido,… ¿Crees que se acabaría el mundo si hicieras las cosas un poco más lentas? Además, la lentitud te garantiza más posibilidades de éxito en cuanto a la efectividad y el placer. Es mucho más probable equivocarse cuando haces algo rápido que si lo haces de manera pausada. Disfrutarás mucho más de un libro cuando lo leas atentamente y despacio que si lo haces rápido y contando las páginas que te quedan para llegar al final. Y una cosa más: no confundas ser lento con no ser decidido; no tiene nada que ver.

10.Esencia: recupera lo básico, lo esencial, lo natural. Si analizas el porqué de las cosas, encontrarás su naturaleza y verás que muchas veces vivimos en contra de lo natural, de lo espontáneo. Si existen el día y la noche son para vivir y dormir respectivamente. Si tienes músculos y articulaciones son para moverlos. Si tienes dientes son para masticar. Si tienes ansiedad es para avisarte de que pares, no para que continúes estresado.
11.Prueba-error: porque así es como se aprende, con pruebas y equivocaciones. Te formarás en experiencia. Si no estás seguro de que algo vaya a funcionar, pruébalo igualmente. Una vez obtengas el resultado, sea positivo o negativo, siempre puedes volver al punto de inicio. No estarás perdiendo el tiempo, habrás aprendido. Y la vida no se acaba por un simple error.
12.Consciencia: un apoyo fundamental en cada uno de tus actos. Sé consciente de lo que haces, vívelo profundamente. Comprende y agárrate a la razón que te llevó a hacerlo. Y no la sueltes. Es tu timón.
by Robert Sánchez.

miércoles, 20 de abril de 2011

INNOVA, ATRÉVETE A INNOVAR

Diseño, marketing, desarrollo de producto, branding, emprendimiento… todas ellas disciplinas del mundo empresarial que últimamente han llamado mucho mi atención no sólo porque estén de moda, sino porque en gran medida se nutren de un concepto que me fascina: la innovación.

Hemos llegado a tal punto que una empresa que no innova ya no sólo deja de crecer, sino que probablemente tenga que cerrar puertas. También los Estados se ven obligados a invertir en innovación con tal de no quedarse atrás respecto a los países de su mismo nivel de desarrollo. Sin embargo, pocos han caído en que las empresas y los Estados están formados por personas. ¿Innovamos como personas?

Así que ahora todo el mundo habla de innovar, de invertir en investigación, de reformar los sistemas educativo y laboral, de abrir nuevas vías de negocio, de dar un golpe de timón y variar de rumbo, de cambiar de chip, etc. Como siempre, todo el mundo habla pero pocos son los que se atreven a apostar por el cambio

Yo, tozudo, insisto. Te recuerdo que tú eres el primero, que como individuo tienes un gran poder y, como Peter Parker -Spiderman-, también una gran responsabilidad. No son sólo las empresas y los Estados los que necesitan innovación; tú también. Pero tienes miedo a arriesgarte. ¿De verdad que es tan bueno lo que tienes que te aterroriza perderlo? ¿Sigues siendo tan comodón como para esperar que las cosas cambien por sí solas? ¿No crees que deberías darte una oportunidad? Ya los sabes; a veces sólo se trata de probar y si ves que no te gusta, que no va bien, que no obtienes resultados, como mínimo siempre puedes volver a lo que tenías.

Atrévete a innovar
¿Qué piensas que he estado haciendo los últimos meses? Nada más que innovar. Acostarme a las 22:30 y levantarme a las 6:30 de la mañana para ir al gimnasio, introducirme en la paleodieta descartando comer cereales y lácteos, ir a trabajar en patinete, en bici o andando, empezar a escribir y a darle una oportunidad a mi creatividad, donar prácticamente todas mis pertenencias, etc. Siempre digo lo mismo: mi cambio no es para todo el mundo, pero al menos es un cambio. Te animo a cambiar

Innova en tu vida diaria. Redecórala.
Por ejemplo, cambia radicalmente tu comedor. ¿Por qué todos los comedores tienen que tener un sofá chaise longue, una mesa con cuatro sillas, una vitrina, un bufé y el mueblecito de la tele? Vacía el comedor, pon un sofá que tenga el mismo número de plazas como habitantes de la casa -no te hace falta más-. Tira la vitrina y vende lo que haya dentro. ¿Para qué quieres un escaparate en casa? ¿Alguien va a comprarte lo que expones? Revisa lo que tienes en el bufé. ¿Lo usas? Vacía y recicla. Cambia totalmente la distribución dependiendo del uso que le das al comedor y conviértelo en lo que te sea más práctico, incluso visualiza el reflejo que te gustaría que imprimiera en la sociedad.

¿Quieres un lugar tranquilo y propicio para la concentración? Quita la tele. Innova. Ponla en el lavabo, delante de la taza del wáter y siéntate allí a ver las notícias. Te cagarás tanto en todo -y perdón por la expresión- que pronto habrás solucionado tus problemas de estreñimiento

¿Quieres espacio para que jueguen los niños? Tíralo todo. Innova. Monta un chiquipark en tu comedor con tobogán incluido. Juega con ellos. ¿Ya no tienes sofá? Cómprate un puff o siéntate en el suelo.

¿Quieres naturaleza? Monta un jardín en tu balcón. ¿Quieres aire respirable? Vende el coche. ¿Quieres salud? Cuelga una espaldera en el pasillo y haz estiramientos todos los días.

¿Quieres cambiar el chip? Desaprende. Revisa tus creencias. Juega con tu pensamiento. Prueba a hacer lo contrario de lo que piensas, muchas veces opuesto a lo que sientes. Haz verdaderamente lo que sientes, sé intuitivo. Equivócate y aprende. Arriésgate. Cambia tus costumbres y herencias. Tal vez te lleves una sorpresa y el detergente que usa tu madre… lo siento pero no, no era el mejor

Haz lo que quieras. Pero por favor, te lo pido, innova. No tengas miedo a ser diferente, porque ya lo eres. Eres único, así que puedes hacer cosas únicas. Diviértete viviendo. No lo hagas todo como lo hacen los demás sin haberte planteado como mínimo una vez si podría haber otra manera de hacerlo. Descubrirás que hay infinitas, que tu creatividad es ilimitada.

www.unavidasencilla.com by Robert

jueves, 14 de abril de 2011

NO,NO...¡¡¡¡TÚ PRIMERO!!!!!

Vives en el que dicen que es el primer mundo. De momento, y afortunadamente para ti, el mejor que se conoce. Sin embargo, con una educación enfocada hacia la productividad, la competitividad, el individualismo y el perfeccionismo, no ves más que problemas. No discutiremos sobre la dualidad positivismo/negativismo en tu actitud. Porque es cierto, hay pequeños problemas, y se puede mejorar en muchos aspectos. Pero lo único que haces es quejarte. Nada más. A ti te digo: no te has enterado de la película. ¡No te enteras de nada! ¿Quieres cambios? Tú eres el primero. ¿Quieres que las hipotecas no sean abusivas? Tú eres el primero. No te hipoteques. ¿Cómo? ¡Mentira! No es cierto, nadie te obliga. ¿El alquiler es tirar el dinero porque vale lo mismo que la hipoteca? Sí, ¿y qué? Bueno, tú mismo. Ya lo sabes. Si te hipotecas bajo cualquier condición a cualquier precio, primero a pagar. Luego a callar, que la firmaste voluntariamente. Y además, las hipotecas para el resto de los mortales seguirán siendo abusivas. Gracias de parte de todos. ¿Quieres que no haya tanto tráfico? Tú eres el primero. No cojas el coche; sal del tráfico. Es más fácil decir que es culpa del vecino, del alcalde y de las infraestructuras. ¿Qué pasa? ¿Los demás se van a quedar en casa para que tú vayas sólo por la ronda? ¿El alcalde se ha tirado en medio de la autopista? ¿Van a construir un carril sólo para ti? Tú también generas la caravana, como el resto de vehículos. Si no quieres caravana, no la provoques. Coge la bici o el metro. ¿Quieres mejores noticias? Tú eres el primero. No te quedes embobado mirando el telediario o leyendo el periódico. La mayoría de las noticias están manipuladas o sólo consiguen infundir tristeza, desesperanza, odio, rabia, etc. Tal vez el camarero del bar quiera explicarte lo bien que le ha ido con su nuevo masajista. O tu mujer quiere explicarte lo barato que estaba el lenguado. ¡Eso sí son buenas noticias! Comunícate más con los demás. ¿Quieres una sociedad más ecológica? Tú eres el primero. En vez de opinar desde lejos sobre la catástrofe de Fukushima empieza por responsabilizarte del consumo energético de tu casa. Cada vez que enciendes la calefacción también estás encendiendo el reactor de una nuclear. ¿Tienes frío? Abrígate, come frutos secos y practica más sexo. ¿Quieres que dejen de emitir telebasura? Tú eres el primero. Deja de verla. Y deja de ver el resto de programas que se nutren de la telebasura. Les estás dando audiencia. Sí, sí, tú. No la señora María de la que te burlas por no saber quién es Eduard Punset pero sí conocer a Belén Esteban. Tú, con carrera universitaria, también la miras. Podrías ver alguno de esos documentales de animalitos que en realidad no miras nunca, aunque digas que sí en las encuestas. O algún programa de cultura o de entretenimiento respetuoso -no insultante-. ¿Quieres que tus hijos lean más? Tú eres el primero. Hablando de televisión,… ¡apágala! Y lee por favor, ¡lee más! Lee solo. Lee con los demás. Lee algo a los demás. Pide a los demás que te lean. Y los que estén alrededor también lo harán. ¿Quieres que bajen los precios? Tú eres el primero. No compres a cualquier precio. El consumidor pone el precio de los productos y su poder es infinito. ¿Qué pasa si el producto no se vende? ¡Bajan el precio! Cuando pagas un precio por algo, estás diciéndole a la multinacional: “señores, estoy de acuerdo con el precio que han puesto y lo pago”. Así que si sigues comprándolo a ese precio seguro que no lo bajarán. ¿Por qué iban a hacerlo? ¿Por tu cara bonita? Si yo fuera empresario igual te lo subía un poquito. Con un poco de suerte serás tan tonto de seguir pagando y yo, la multinacional, aún ganaré más pasta. ¿Te acuerdas de cuando el litro de gasoil superó el euro? Ya vamos por 1,30. Tú sigue poniendo gasoil, así seguro que te lo bajarán… ¿Quieres que la gente te conozca? Tú eres el primero. Trata de conocer a más gente, interésate por ellos. Crea una red social a tu alrededor. Saluda a las personas por su nombre. No tardarán en preguntarte: “¿Y tú? ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces?” ¿Quieres más alegría en el mundo? Tú eres el primero. ¡Sonríe! Muéstrate optimista, haz bromas, explica algún chiste de vez en cuando aunque se te dé fatal. Si los demás te ven con cara de amargado, ¿que crees que les pasará? ¿Estarán contentos? No hombre, no. Se amargan también. Recuerda que tu estado de ánimo se pega. ¿Quieres más educación? Tú eres el primero. No te hagas el loco y aguántale la puerta a la señora María. Sí, la de la Belén Esteban. ¿Qué crees? ¿Que no te ha visto? Tal vez sí. O tal vez no pero sí el vecino del quinto. La próxima vez será otro el que no te aguantará la puerta a ti. Tú, cómo no, dirás: “Qué estúpido, ¿no?” Recuerda que tú fuiste el primero. ¿Quieres más amor? Tú eres el primero. Quiérete más a ti mismo y quiere más a los demás. No tengas miedo de mostrar tus emociones. Si lo haces, los demás también las compartirán contigo. Entonces te darás cuenta de que no estás solo como pensabas. Hay mucha gente que te quiere. ¿Quieres que las cosas cambien? Tú eres el primero. No lo olvides. El cambio empieza por ti, ¡siempre! ¿Quieres una vida sencilla? Ahí sentado no cambiará nada y todo será muy difícil, muy complicado. Nadie te va a facilitar las cosas. Y tú seguirás quejándote con el tópico del momento: “Mira que nos complicamos la vida ¿eh?”. Te la complicas tú solito. Y sólo tú puedes cambiarla. Tú eres el primero. de Robert Sánchez www. unavidasencilla.com

domingo, 10 de abril de 2011

LA VOZ DEL RENGLÓN VACÍO

No me deja de buscar entre horas libres y horas muertas. Me entretiene, me seduce ...y se aleja. Me ronda desde bien temprano y entre sueños me desvela. Sigue mis pasos... pero no llega. La ventana al mundo del corazón sin ideas. El balcón del paraíso desde donde me desmigan trocitos para no perderme entre mediocridad y simpleza. La razón de bucear entre las dudas y salpicar mis rarezas. El son que le faltan letras, y palabras sin receta. Conocido del latido, foráneo para mi oído escondido en su trinchera. La voz del renglón vacío que no calla hasta que empiezas..

domingo, 20 de marzo de 2011

MIS LETRAS EN LA ADUANA.. Y SIN CRUZAR LA FRONTERA

La melodía va en mis oídos jugueteando conmigo sin querer decirme nada. Y yo buscando maneras para sacar de la chistera la musiquita que falta. Y las palabras primeras no llegan en primavera aunque despierte mañana. No sé si serán las ganas pero doy vueltas de tuerca cada noche entre canciones que al final no dicen nada. Quiero abrir una frontera y conseguir que las letras no pasen por la aduana. Y que irrumpan sin control tanto los versos de sol como la prosa de estrellas. Murmullo entre azoteas de un viento que es melodía y en mis oídos juguetea. Cielo que espera comparsa y se lo traga la tierra.

lunes, 7 de marzo de 2011

COMO LA ESTRELLA ES AL FARO

Cuando te atacan las ganas
sacas fuerzas de flaqueza
mil ideas en la cabeza
y al final no dices nada

Como un flash en su disparo
rima,prosa y carnaval
es un instante fugaz
como la estrella es al faro

Y meces las palabras
una a una hasta que ciegas
se van guardando en un hueco
de la oculta primavera.

No,
jamás,
ni mucho menos,
en la vida dejaría
lo que nunca escribiremos.

domingo, 27 de febrero de 2011

CORTITO Y AL PIE

La banda sonora de cada febrero remueve conciencias, reviven los sueños.
Se abre el telón mientras el corazón se agranda en silencio. Las luces calladas animan al alma a perderse en los versos. Benditas vivencias en un gran teatro que olvida los premios.

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