HE SABIDO

Un coche, una aventura. Un día de playa y días de sol y luna. La marea baja, la mirada arriba. Las ventajas en bandeja, la estrategia perfecta y de fondo siempre rumba. El apetito y las dudas. El solarium, los jacuzzis, las hamacas y las prisas. La misma frase, el chiste más repetido y de nuevo, nuevas risas. Los pasos de madrugada, la última escapada, la suerte y la desgracia juntas. La noche sin estridencias, la siesta sin competencia, la escalada de regates y como siempre... sorpresas. La diferencia de acento entre Uruguay y Argentina, el calor y las cortinas, las pulseras que se estiran y las que nunca se compran. El desgaste, la paciencia, el sentido de la noche, las locuras de la fiesta. El devenir de ocasiones, el frenar en decisiones y no perder la cabeza. El poniente y el levante, el arroz con bovagante, la brisita marinera. El insistir con las mesas, los postres de sobremesa, el ser un tío preparao y cargar con sudadera. La alegría de cada charla, lo que hay detrás de las palabras, y todo lo que aún nos queda. La bienvenida y Balbino, el parking y mis respuestas, los ojos del langostino, las papas sin mahonesa. Los barecitos en portales, la copa entre los Cristales, los jinetes cabreaos porque cabecean las yeguas. Kapote con mucho tacto, la zona vip por "contactos" y siempre echándonos cuentas. Un empezar que no acaba, las mejores madrugadas y todo en una maleta. Pegarle al ordenador y abrirle a la vida puertas.

PASOS CALLADOS

En los tiempos que corren, donde el silencio es perseguido y las palabras escapan con prisa de labios incontrolados, los pasos callados de la oración nos enseñan la lección más grande de Amor; que se escucha sin oídos y se entiende sin razón porque va en el corazón de cada vida.
Cada cual sabe su herida, su esperanza, su ilusión, su mayor premisa.
Todo lo mueve el Amor que muere por dar Amor y por Amor resucita.