RIMAS HELADAS

Siempre que escribe su historia se alisa el cabello y entrecruza sus manos, la nuca a modo de espejo y el techo de comentarios. La luz es papel principal hasta que un manantial se derrama en su espalda. Los ojos son universos, planetas que giran en torno a su galaxia, galaxia que está callada y duerme acunada entre versos ajenos. El reloj se detiene en miradas perdidas, la búsqueda errante que no dice nada y que nunca termina. Y faltan conclusiones y rimas heladas congelan la vida, así nada es diferente, así descansa la mente. Sobran renglones perfectos y faltan buenos pensamientos. Un día de estos se acaba aunque las palabras sigan de pretexto.