Cuenta una leyenda que en cierta ocasión, concretamente una primavera soleada, en el país de las fábulas una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.
La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente: ¿Puedo hacerte tres preguntas?
No acostumbro conceder deseos a nadie-contestó la serpiente con sorpresa. Pero como te voy a devorar, puedes preguntar- respondió la serpiente.
Entonces dime: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?¡No!- contestó la serpiente.
¿Yo te hice algún mal?¡No!-volvió a responder su cazadora.
Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
¡Porque no soporto verte brillar!- fue la última respuesta de la serpiente.
1 comentario:
muy bueno. Así me gusta, cosas poéticas jeje. Me disponía a escribir en mi blog y ahora he visto q hace tiempo escribiste. La verdad esq ver comentarios anima muchísimo a seguir escribiendo. Así que sigue deleitándonos con tus entradas. un beso!
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